Creemos Alianza Ciudadana nació bajo una relación democrática entre sus actores

Eran Angélica Machado, Alba Purroy, Ignacio Belisario y Benigno Alarcón, quienes se unieron con la idea de organizar a la sociedad civil para trabajar juntos y poder salir de la situación política que atenta contra los derechos ciudadanos. Ellos empezaron a contactar a las diversas ONG para crear una plataforma  donde cada organización pudiera conservar su identidad e independencia, y así nació Creemos Alianza Ciudadana, sin fines partidistas, pues se había comprobado que cuando un partido político cobija a una ONG, a mediano plazo esta es consumida por la agrupación política.

Se realizaron interminables reuniones en cada estado para oír las ideas de cada organización con el fin de crear un estado de gobierno, y de común acuerdo, se logró conformar una estructura que funciona de manera circular, que tiene representantes por región y que sumados en los once estados donde hay voceros se integra la coordinación nacional. Para escribir los estatutos contaron con la asesoría legal de varios juristas de la Universidad Católica Andrés Bello, entre ellos con la de Juan Carlos Ávila, con el objetivo de fortalecer a la sociedad civil para que se organizara y trabajara por una Venezuela mejor, más democrática y poder salir en forma ordenada, cívica y sin violencia de los problemas que nos agobian. Se estableció un solo reglamento y así lograron su gobernanza.

Creemos Alianza Ciudadana se establece, desde el 2018, como una plataforma descentralizada que abarca todo el país. “Se buscan ciudadanos”, uno de sus  lemas, porque su fin es oír a la gente y atraer a personas que  quieran trabajar y así, arrancaron con Creemos Acción Ciudadana en Aragua, Carabobo, Monagas, Bolívar, Lara, Táchira, Mérida, Zulia, Miranda, Anzoátegui y Distrito Capital. Se abrieron las puertas de participación de la gente para que ellos mismos fueran los líderes de sus regiones. 

La formación fue primordial desde el inicio. Se dieron entrenamientos que eran herramientas educativas. El objetivo nunca fue pedirle a la gente en los estados, más bien, el equipo promotor de Caracas ofreció  la formación  para la activación ciudadana donde fue básico el no llamar a la lucha violenta. Otra herramienta utilizada fue el Tipping Point que trata de “cambiar el comportamiento grupal de manera rápida y dramática para adoptar ampliamente una práctica que antes era rara”. Esta herramienta se propagó como un virus para encontrar líderes en toda Venezuela  se hizo énfasis en el uso del lenguaje, que es la nueva narrativa para generar otras visiones, vivir en un país normal y contar con una vida digna.

Fuente: Angélica Machado, fundadora de Creemos Alianza Ciudadana.

 

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